Adolescentes ante situaciones de crisis

Entender al adolescente ante los cambios que está viviendo en su propio cuerpo y en su entorno social, no siempre es fácil, ni para el mismo ni para los adultos que le rodean.

Por un momento, el adolescente puede sentirse un niño, bajo la protección y cuidado de los padres y al rato, creerse un joven adulto independiente que tiene que afrontar decisiones importantes.

 

1.- ¿Qué cambia en la adolescencia?

 

1.1.- El joven experimenta grandes transformaciones

 

En la adolescencia el joven experimenta grandes transformaciones no solo físicas, neurológicas,  hormonales, sino también psicológicas y sociales, que le llevan a tener que ir construyendo una identidad de adulto, que no siempre resulta fácil para él.

 

1.2.- Lidiar ante los estudios

 

Ante los estudios tiene que lidiar con numerosas demandas externas, exámenes, pruebas, elecciones de itinerarios, carreras y afrontar su miedo al fracaso, o a defraudar a sus padres, profesores o amigos. >>Ver artículo sobre como cuidar la salud en época de estudios

 

1.3.- Cambios emocionales

 

Este camino a recorrer, a veces supone asumir riesgos, vencer muchos obstáculos y afrontar nuevos desafíos, por ejemplo, en las relaciones con los iguales, que son tan importantes en este momento y ante las que se siente más que nunca vulnerable y sensible al rechazo.

 

2.- El adolescente frente a la crisis

Durante las crisis adolescentes se producen emociones fuertes que no se pueden soportar y que llevan muchas veces al joven a pasar a la acción, que en ocasiones se resuelve con la pérdida de control emocional o la agresividad física haciéndose daño a uno mismo (autolesiones, ideación suicida) o a los otros (peleas, insultos) según se viva el conflicto de una manera más internalizante o externalizante.

Una crisis es un estado transitorio de intenso malestar en el que existen dificultades para manejar la situación utilizando las mismas formas de afrontamiento que se solían usar anteriormente.

 

 

3.- El adolescente y las emociones

Las emociones informan a los demás de cómo nos sentimos y nos ayudan, cuando identificamos su mensaje, a afrontar más rápido situaciones de crisis, aportando una sensación de control sobre la situación. 

Hay alteraciones del estado de ánimo, intensas y pasajeras, agradables o desagradables, que son emociones y van acompañadas de reacciones.

  • Reacciones fisiológicas: incremento del ritmo cardíaco, enrojecimiento de la piel, se produce adrenalina, serotonina, etc.
  • Reacciones cognitivas: surgen pensamientos en relación a lo que sentimos.
  • Reacciones conductuales: propicia la acción o la evitación.

Todas las emociones son transitorias, van y vienen, lo importante es aprender a regularlas y convivir con ellas.

 

Un primer acercamiento a lo que le pasa ante la crisis pasa por poder reconocer las emociones que ellos sienten, y que no resulta muchas veces fácil.

Para reconocer las emociones pregúntate:

    1. ¿Qué fue lo que (fuera o dentro de mi) disparó mi emoción?
    2. ¿Qué pensé o asumí en ese momento?
    3. ¿Qué siento en mi cuerpo, en qué parte lo siento y qué tengo ganas de hacer?
    4. ¿Qué hice o dije realmente?
    5. ¿Cuáles fueron las consecuencias (fuera o dentro de mi) de lo que dije o hice?

4.- Situaciones de alto riesgo: Ideas suicidas y autolesiones

 

Dentro de una crisis puede haber momentos en los que el adolescente viva situaciones de alto riesgo para su vida y donde no vea la salida a sus problemas, quizás sienta una enorme desconfianza hacia su entorno, se sienta con una coraza que le impide comunicarse con los demás y viva una profunda soledad y aislamiento que le lleven a intentar hacerse daño o acabar con su vida.

Ante esas emociones fuertes que no puedes soportar y te hacen pasar a la acción.

Te sugiero que PARES 10 MINUTOS y APRENDAS A DETECTAR TUS SEÑALES DE ALARMA y pienses:

¿Qué pasó unos momentos antes  de que hicieras esto?, ¿recuerdas que estabas haciendo, donde estabas o que te tenía ocupado?,   ¿qué habría visto alguien si estuviera allí en ese momento?

  • Trata de identificar los sentimientos que se agolpan dentro de ti, quizás te hayas sentido rechazado, humillado, avergonzado o mal acerca de ti mismo por algo que te haya sucedido.
  • Trata de identificar los pensamientos que te vienen a la mente, que te estás diciendo a ti mismo.

Después de tener esto más claro, será más fácil pensar en una solución o mirar las cosas desde otra perspectiva. Piensa en cómo se podrían solucionar los problemas, piensa en alguna solución. Piensa que las crisis son transitorias y que esto pasará.

Si fallan estas herramientas puedes intentar estas habilidades de afrontamiento del malestar que ayudan a sostener las emociones dolorosas, sin empeorar el momento y  que te pueden ayudar a calmarte, regulando tus emociones.

Si no puedes detener la intensidad de tu emoción de hacerte daño te puede ayudar:

    • Haz algo para ocuparte, distraerte puede ser útil para regular las emociones
    • Usa alguna técnica de relajación, respira, busca sensaciones de calma
    • Escucha música
    • Habla con alguien
    • Juega a un juego
    • Dibuja, escribe algo
    • Mira algo en la TV que aparte tu atención
    • Sal a dar un paseo
    • Coge unos hielos en la mano y apriétalos te harán sentir frio, generando cambios corporales que pueden interferir con tus emociones
    • Date una ducha helada, el agua fría reduce tu temperatura corporal y la intensidad de la emoción que estas sintiendo

Busca lo que a ti te ayuda a rebajar tu emoción y a calmarte. No te quedes sentado solo, en tu cuarto con tu mente llena de pensamientos negativos acerca de ti mismo.

 

Utiliza tus respuestas de seguridad

    • Comparte con alguien de confianza lo que sientes y lo que estás pensando en ese momento
    • Permanece acompañado
    • Aléjate de los sitios y objetos peligrosos, que te puedan hacer daño
    • Evita el consumo de alcohol y otras drogas
    • Busca lo que a ti te ayuda a rebajar tu emoción y a calmarte. No te quedes sentado solo, en tu cuarto con tu mente llena de pensamientos negativos acerca de ti mismo

Para prevenir estos estados:

  • Haz una lista de tus valores, motivaciones, deseos y metas para vivir. Los tuyos propios y léela cada vez que necesites.
  • Recompénsate con algo placentero cada día. Disfruta de esas pequeñas cosas de la vida que te gusten.
  • Intenta hacer actividades que te ayuden a sentirte útil. Voluntariado, cuidar a una mascota, una planta, haz un deporte saludable en equipo que te guste.

5.- El papel de los padres

 

No es fácil para los padres entender todos estos cambios por los que está pasando su hijo. He acompañado a padres en momentos de crisis fuertes de sus hijos y creo que necesitan mucho apoyo externo, ya que se dispara también en ellos una gran ansiedad, que a veces se convierte en pánico y una enorme culpa.

Los padres necesitan, por encima de todo, ser escuchados, comprendidos y saber que cuentan con tu apoyo.

A la hora de ayudar a tus hijos, conviene que observes algunas medidas de seguridad cómo:

Aleja a tu hijo de ventanas, o sitios peligrosos y retira objetos punzantes o afilados con los que el joven pueda hacerse daño o medicinas que estén a su alcance.

No es el momento de culparse, sino de comprender los sentimientos de tu hijo. No ayuda hablar mucho, solo ser amable, cercano y decirle cosas del tipo, “no estoy enfadado contigo”, “estoy aquí para ayudarte y mantenerte a salvo”, pedir disculpas si algo que has hecho o dicho le ha provocado este estado y acompañarle diciéndole que hacerse daño o atentar contra su vida no es una opción, que esto pasará y podrán hablar de todo ello, que le queréis y que no está solo.

Ayuda también distraerle con alguna actividad o salir a dar un paseo. Si nada de esto fuese efectivo llama al servicio de emergencias.

El trabajo psicológico con los padres del adolescente es muy necesario, ya que ellos también tienen que afrontar numerosos retos, el duelo por el niño que se hace mayor,  el aislamiento en el que muchas veces está su hijo que les impide la comunicación con él, sus propios miedos para afrontar los desafíos profesionales a los que debe enfrentarse y para el que no saben si estará preparado y un sinfín de temas que preocupan a los padres y que muchas veces les hace sentirse sin herramientas para afrontarlos y  sin el apoyo necesario.

 

6.- Prevención de salud mental

Para finalizar, creo que es importante reflexionar sobre el tema de la prevención.

¿Cómo evitar que estas situaciones se produzcan? y ¿cómo ayudar a las familias y a sus hijos?

Me vienen a la cabeza algunas palabras, psicoeducación para desarrollar la mentalización afectiva entre los padres y sus hijos, y despertar la curiosidad sobre sus estados mentales, sus intenciones y sentimientos y cómo se relacionan con sus conductas.

Fomentar también las redes de apoyo social para los chicos y sus familias, que no se sientan solos a la hora de abordar estos problemas, frutos de la evolución y del entorno cambiante al que tienen cada día que adaptarse..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cuál es tu experiencia?

¡Cuéntame! Estoy encantada de escucharte 😉

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